Bienvenido a Cardinal

La planificación de carrera. Un concepto millennial.

En la antigüedad la prioridad era sobrevivir, no existía el concepto de orientación profesional. Durante el siglo XX, con el crecimiento económico, surgieron nuevas oportunidades, todavía dentro de un rango limitado. Es hoy, en un mercado tecnológico y globalizado, que el número de posiciones ha crecido de forma exponencial. Sin duda una buena noticia, pero más alternativas incrementen expectativas y competitividad, así como la frustración del decisor, si el resultado no es el esperado.


En Cardinal hablaremos de empleo desde una perspectiva vital, para construir una carrera satisfactoria, maximizando felicidad y propósito, no necesariamente dinero y poder.

Futuro por defecto


Los cuestionarios te permitirán romper con la inercia. Preguntas personales, a veces complejas, otras veces frustrantes, pero siempre relevantes, pensadas para que extraigas unas preferencias genuinas. Queremos que desactives el piloto automático en la toma de decisiones y que gestiones tu futuro profesional con la máxima información, con pensamiento estratégico y con sinceridad, con aciertos y errores, pero siempre al timón.

Ningún plan sobrevive el primer contacto con el enemigo, que dijo el militar prusiano Carl von Clausewitz. Aquí no seguirás el instinto de planear. O planearás de otra forma. Porque los planes son necesarios, para obtener una dirección, pero no quieres depender de ellos. No cuentes con esos resultados. Dicho esto, en la vida prefieres operar con uno. Aunque sea malo. Porque con un mal plan sabrás al menos hacia donde estás yendo, tomando anotaciones sobre el terreno. Un mal plan te permite corregir movimientos.


Escena de Las verdes praderas, escrita y dirigida por José Luis Garci.

Quién coño me mandaría a mí meterme en La Confianza, estudiar Económicas y perder la juventud y la vista en unos libros que no valen para nada. Llevo 42 años pensando que lo que vivía no era importante, porque era como provisional, como si estuviera esperando destino. Yo creía que iba hacia una vida maravillosa, y mientras estaba en la cola esperando, pues trabajaba y estudiaba como un negro porque tenía que ser así, porque más adelante iba a llegar mi vida, mi verdadera vida. ¿Y sabes qué pasa? Pues que ya ha llegado. Y va y no me gusta. Y un día te mueres. Y se te queda esa carita de gilipollas. Porque es que te han llevado al huerto toda la vida y nunca has hecho lo que tú querías. Estudia, échate novia, cásate, cómprate un piso, un chalet, un coche… y trabaja como un burro para pagar las letras, los colegios de los niños, el friegaplatos, la cortadora de césped. Y te das cuenta que has vivido para El Corte Inglés, La Confianza y su puta madre.




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